Mal comenzó el partido. Ni siquiera empezó. Ver que el Madrid iba a jugar sin nueve era temerario. A pesar de que Ronaldo partía de nueve, que ni lo es ni le gusta, y estar rodeado de Özil, ayer atascado, Di María, poco acertado y Kaka, que todavía no ha cogido el ritmo y se le notó cansado. Y la suma de todo estos factores, más un Almería bien replegado atrás, propicio el partido que vimos ayer.
Benzema, a pesar de su sequía goleadora y la poca confianza de Mourinho en él, realiza unos movimientos de nueve, interviniendo en el juego, no siendo pocos los goles en los que ha participado en la jugada, ayer mismo, movimientos que no tiene nadie en toda la plantilla, ni Ronaldo, que en esa posición se asfixia, ni siquiera Higuaín siendo otro tipo de delantero. Ayer se echaron de menos movimientos que permitieran abrirse a la defensa para proporcionar espacios a la defensa.
También se notó ayer la falta de frescura del equipo. Hoy ha salido en Marca que el 89% de los minutos los han jugado 14 jugadores, estando uno de ellos de baja para toda la temporada. Esto supone un cansancio que se verá como Mourinho intentará solucionarlo, porque recuerda demasiado al Madrid de otro portugués, Queiroz, que acabo perdiendo todo al final.
A pesar de esto, el equipo demostró al final su garra y estuvo a punto de llevarse la victoria con un disparo de Ronaldo al palo al final del partido. Ulloa, aprovechando los espacios del Madrid en defensa, marcó el primero y el Almería incluso se atrevió a marcharse arriba en busca del segundo, una decisión que le costó caro cuando Granero culminó en un gran contragolpe.
El equipo, aunque parezca mentira por los comentarios que estoy oyendo, está a solamente cuatro puntos, no hay que caer en la histeria ni dar la liga por perdida, todavía falta una vuelta entera y el Madrid ya estuvo a punto de remontar una diferencia de 12 puntos. Nuestras opciones siguen intactas.
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