Avalancha blanca para sentenciar el partido.

Minuto siete del partido. Pase de Reyes en profundidad a un desmarque de Agüero, que choca con Casillas y el rechace llega a Forlán para meter a placer el primer gol del encuentro. En ese justo momento, el Atlético sonríe, puede conseguir la hazaña, la de batir a su máximo rival por primera vez desde hace 11 años. Fue su única sonrisa.

El Madrid reaccionó al gol como si fuese un agravio, y Cristiano, acompañado por Di María, Özil y Marcelo, lideró el asalto a la portería defendida por De Gea y una defensa aterrorizada ante lo que se venía encima. El centro del campo atlético naufragó, sobre todo Raúl García que dejó solo a Assunçao en su tarea de generar juego, imposibilitada por la presión del centro del campo madridista. Forlán, aparte del gol y su palo, estuvo desaparecido, los extremos lo intentaron pero si no recibes balones, poco puedes hacer. Solo Agüero dio la cara. Sus movimientos y los fallos de marcaje de Ramos fueron las únicas llegadas atléticas.

El Madrid estuvo arrollador, Casillas estuvo cuando se le necesitó, la defensa estuvo en líneas generales correcta, Xabi Alonso, y en menor medida Khedira, fueron la base del juego blanco, moviendo el balón con criterio.

Cristiano, Di María Özil y en ocasiones incluso Benzema, con sus movimientos destrozaban la defensa atlética, y solo De Gea pudo detener una humillante goleada. Después salió Kaka, que aun estando falto de forma se le empieza a ver detalles. El segundo casi lo mete él.

Tras el empate de Ramos, a la salida de un corner, y multitud de ocasiones detenidas por el portero rojiblanco, un jugadón de Özil, que dribla a Felipe Luís y pone un balón, para que Cristiano meta el gol que tanto ansiaba ya. El partido fue relejándose, conformándose con el resultado, pero un error imperdonable de la defensa rojiblanca, permitió meter el tercero a Özil, el mejor jugador en la segunda parte, que deja casi sentenciada la eliminatoria.